Corazones & Cigarros - Parte I

Por Ioshio Hd. 

Parte I - Escuchando a Elliott Smith

Lesslie – Xergio – Valeria
Cigarros
: Marlboro blancos.
19.30 horas. Cafetería en el centro de la ciudad. Una mesa en el balcón. En la mesa se observan dos tazas de café, una azucarera, un servilletero y un cenicero. Se escucha por unas bocinas música de fondo. En una mesa al fondo una chica sola. Xergio enciende un cigarro de la cajetilla que está sobre la mesa. Se nota ansioso y comienza diciendo: 
Lesslie (para sí misma): ¿en qué momento comencé a fumar cigarrillos blancos?
Xergio: Será mejor que te ahorres el discurso, Lesslie,  y solo me contestes si era necesario venir hasta acá para esto. 

Lesslie: Tú ya sabes por qué.

Xergio: Si. Pero lo que no entiendo es ¿para qué ventilar esta situación en un lugar público?

Lesslie: No es por eso vinimos aquí.

Xergio: Y ahora me sales con esta pendejadita. 

Valeria: Ya, Xergio, teníamos que hacerte venir y explicarte la situación. Y es que este asunto con el tiempo era más difícil para Lesslie y para mí. Porque encontrar la forma de decírtelo... 

Xergio (interrumpe) : No me vengas con mamadas. Tú no me vas a explicar nada. Ni te conozco, lo único que sé es que te llamas Valeria. Y eso no basta para decir que tengo que escucharte.


Lesslie: Te lo juro que yo no quería provocarlo, Xergio. Me daba nausea pensar en esto. Yo  quería estar contigo porque te quiero también, pero no tenía las fuerzas para decirte que he estado saliendo con Valeria en una relación que...

Xergio: Ay cabrona, yo ya sabía que andabas saliendo con alguien. Desde antes de salir juntos, sabía que te gustaba tirártelas de bisexual. Ya habíamos platicado de eso. No tenías por qué ocultármelo o ni hacerte la desentendida. Pero en lo que si te pasaste de verga es en que ni te esperaste a terminar esta relación, o no supiste como hacerlo para comenzar con tus chingaderas y salías con los dos. Eso no tiene madres. ¿No era la suficiente confianza la que nos teníamos? ¿Por qué tener que hacer este tipo de cosas y encima echármelo aquí trayendo a tu “amiguita”? ¿La trajiste para que la conociera y ser juntos una bonita hermandad? ¡Carajo! 
Lesslie: Pues, mejor aquí que en la casa porque yo sabía que te ibas a poner peor cuando lo supieras. Aquí cuando menos la incomodidad y el coraje te consume, pero también yo sé que a ti no te gusta hacer “escenas” en lugares públicos.
Xergio: Pues eso estás buscando que eso cambie.
Lesslie: Yo solo quiero que los dos sepan de la decisión que voy a tomar de ahora en adelante y estoy tomándolos en cuenta para esto…
Valeria: Si, así es, escucha Xergio, Lesslie y yo tomamos una decisión y queremos que tú lo tomes de la mejor manera. Si dices que tú ya tenías conocimiento de la personalidad de Lesslie, sabias entonces que en cualquier momento pasaría algo como esto, pero, (duda por un instante mientras pasa un autobús haciendo mucho ruido) pensamos irnos a vivir juntas…
Lesslie: No, espera Valeria. Escuchen, yo realmente me he quedado conmocionada y confundida por todo que ahora ha estado pasando en estos días. Y, perdón Valeria, perdón Xergio, pero he decido irme a Oaxaca. Yo sola. Pienso ir a trabajar con una tía que tiene una fábrica de textiles y artículos de orfebrería. Lo he decidido porque quiero empezar un negocio personal y allá he encontrado la oportunidad.
Valeria: Pero, Less… 
Xergio: Pues por mi lárgate. Ya no vale la pena agregar algo más. Ni por mí, ni por ti. Me voy… (Xergio se levanta y avienta la colilla de cigarro por el balcón) Si quieres tus cosas, ahí las pasas a buscar en el bote de basura. 

Xergio se dirige a la salida del café. Antes de terminar de bajar las escaleras choca con un joven que lleva sombrero oscuro. Se escucha desde la mesa el percance porque Xergio discute en voz alta con el chico por un momento. Cuando el chico del sombrero sube se nota extrañado y se sienta en la mesa que está al fondo con la chica solitaria, la cual quedaba a dos mesas de la de Lesslie y Valeria.

Valeria: Less, no te preocupes, yo pasaré por tus cosas mañana a la casa de Xergio y te quedas conmigo los días que necesit…
Lesslie: No, Valeria. Yo voy a ir por mis cosas y me voy a ir a Oaxaca. ¡Ya lo decidí!
Valeria: Pero Less, ¿y lo nuestro?
Lesslie: ¿No te das cuenta que lo único que quiero ahorita es estar sola? Necesito estar sola para…
Valeria: Pues ya está. Está bien. Si tú quieres estar sola pues te vas a quedar sola, corazón. 

Valeria toma su bolso y se retira. Le grita algo desde abajo del balcón a Lesslie, pero no alcanza a entender muy bien porque iba pasando un camión en la calle y sus palabras se pierden entre la distancia y el ruido. Lesslie se queda sola en la mesa. El chico del sombrero la observa por un momento y Lesslie trata de ignorarlo. El mesero se acerca a preguntar si desea tomar algo más. 

Lesslie: Sí, un café americano. Sin leche y sin azúcar. Por favor.
El mesero se retira. Ella toma un cigarro de la cajetilla. Se toma su tiempo para buscar el encendedor. Hasta que el chico del sombrero llega a su mesa y le ofrece lumbre.
Lesslie: Gracias. 
Acerca el rostro a las manos del chico para encender el cigarro. 
Lesslie: ¿Gustas uno? ¿No? ¡Ah, no fumas blancos! Bueno. Ya sé, yo por más que intento, no logro recordar en qué momento comencé a fumar cigarrillos blancos. Me llamo Lesslie. 
El coro de Everything Means Nothing To Me de Elliot Smith comienza a repetirse por las bocinas de toda la cafetería. 

 

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