Ficciones con Soundtrack Temporada 2 | Un tributo de imágenes cuánticas (Sin nombres)

Por Ioshio Hd.

I never said I was deep, 
but I am profoundly shallow
Jarvis Cocker


Los temores hacia uno mismo son primero – Primero un concierto de grillos asentados en las montañas del km 30 mientras vamos atravesando en automóvil por una avenida que nos lleve de regreso a una imagen más gastada y solitaria – La historia del temor por un vacío creciendo fuerte y extraño – Mi mayor miedo estando solo en la ciudad no era acerca de lo que podría llegar a sucederme en esos días (consecuentemente sí, claro que en algún punto se puede sentir temor de estar expuesto en una urbe como esa y a lo que sería transitar por sus avenidas con criminales al borde del desquicio y que no conoces más que de viejas historias en los libros que hablan de esa ciudad como un monstruo o como una droga) pero el mayor miedo que llegué a sentir entonces era el no tener a quien amar – Quedarme en el mundo (el mío) perdido – Igual que un concierto de grillos enarbolados entre la naturaleza nocturna a mitad de una avenida y sin nadie a quien decirle: Escucha o Mira La imagen cuántica de la sonoridad – Sin darme cuenta en realidad de que ese era el peor miedo de mi vida en realidad – No a la soledad, sino al perderte sin llegarte a amar – Pero puede que hayan tenido que pasar cerca de cuatro años para eso – O puede que nunca vayamos a acabar contándole eso a quien haya visto frente a sus ojos el abismo de sus propios miedos – Después de observar un accidente por el km 42; antes de llegar a un concierto – Antes de llegar a un departamento por Av. Patria con la vigilia de un defensor etéreo que te ve dormir y te anuncia: Si tu no me atacas, yo no te atacaré así que duerme tranquilo – El relato que sigue creciendo porque nació siendo fuerte y extraño – Como los chillidos de un animal que definimos como una mezcla entre perro y rata esa noche – Ninguna cosa da para tanto si gritamos juntos en un concierto al natural – Pero si tuvieron que pasar cerca de 4 años y un reclamo sobre mi forma de no medir mis actos, para darme cuenta de que soy de una naturaleza de esas donde casi es nula la destreza por ocultar mi vulnerabilidad – Algunas visitas de nuevos miedos bastardos y la sabiduría detrás que se vuelve paciencia – El desayuno al otro día que se vuelve cansado y concluye con una corta charla en la sala, dispuestos a sacar las emociones que la enfermedad y la preocupación nos están realmente consumiendo – Una salida al parque: es necesario que estés a la altura de la situación, me dice observando al cielo – Para después llegar o a un café donde la encargada prepara una bebida deliciosa a base de agua mineral, vino tinto, fresas y unas naranjas amargas que recién habían caído cuando dijiste: ¡No tengas miedo, por favor!  Y eso me hacía tener miedo y enojarme además – Al final la bebida la bautizaron como "Naranchata" – En el resto de ese día se suscitó el encuentro con una imagen más que cuántica que recuerdo como un re-encuentro nocturno,  inesperado y que ya es eterno dentro de mí – Las palabras "Si, querido!" reproducidas de su voz al espacio buscando el millar de años luz: "Yo andaría contigo toda la vida. más, si me dejaras decirlo, tu problema es que te pones tan complicado involuntariamente y tu disgusto es de esos que solo provienen un origen entre la tristeza o el miedo a perder tu egotismo" – El tamaño del temor al abismo es proporcional al miedo a ti mismo – Pero todo se lleva a cabo esa misma tarde, antes una junta de viejos amigos por el centro, platicando y recordando algunos eventos – Incluyendo la física de nuestras palabras – Alguien durante la noche dijo que Stephen Hawking había muerto este año – La clase de teoremas espaciotemporales que no se nos acaba nunca – De ahí, con en el sentido de la plática sobre la sabiduría y la existencia, salimos hasta las 5 de la mañana – Nunca vamos a acabar – Solo dormí unas horas en casa de una amiga por Av. Americana, que me recomendó las imágenes de una realidad cercana a las estrellas o más allá de ellas; las mismas que evocaban los grandes pensadores de la época arcaica de la escuela griega al referirse al más allá – Para cuando regresé al departamento de Av. Patria, ya no estabas, ya no había nadie – Recuerdo que era el día primero del mes de Noviembre – Escucha esta imagen cuántica: Un concierto de grillos asentados en las montañas y el sonido de la soledad se elevó por diez, los temores hacia uno mismo son primero – El tamaño del temor al abismo es proporcional al miedo a ti mismo – Mi mayor miedo en esa ciudad fue el de no tener a quién amar; tuvieron que pasar las imágenes nuevamente una noche en medio la cotidianidad para darme cuenta de que ese miedo fue lo que me hizo perderla de verdad.