Leer Parte II
Por Ioshio Hd. (Última Parte) - Escuchando Wax Taylor
Cigarros: Gitanes Filter
Había una vez un pasado:
Me equivoqué. Sé que nunca íbamos a ser la mejor pareja. Que yo no iba a ser un buen amante, ni siquiera un buen amigo después de terminarse la poca afinidad en común que teníamos. Sé que íbamos a terminar gritando y arrepentidos de lo que yo provoqué desde un principio…. ¡Vaya! Sé que íbamos a terminar odiándonos porque la intensidad que me atraía de ti era la misma con la que me respondías. Pero ni aun sabiendo eso, quería dejar de intentarlo.
Me quedo pensando en que aún tenía tu libro, con tu firma en una de sus primeras páginas y una cajetilla vacía de cigarros que usabas de separador, la misma que esa noche fumamos juntos mientras nos desvelamos platicando afuera de tu casa. Conversando acerca de cómo algún día, todos los hombres caminarían juntos hacia una calle donde se abriera un agujero temporal-espacial a mitad de la madrugada y que se mostraran las imágenes más fuertes y viriles de la naturaleza o de nuestras vidas. De todos los personajes existentes o no, habidos y por haber. Incluyendo los que mi cabeza inventaba en las ficciones que escribía cada semana para Escaletra o para el periódico. Y mientras todos se adentraban en ese túnel de emociones, tú y yo estaríamos compartiendo ese tabaco de fumada en fumada, hasta que pacientemente desapareciéramos por igual; el ser y tabaco. ESENCIA & VICIO. Ficción y Cre/realidad: Mortal camino hacia el infinito. Después de pensar que de esa noche, yo solo guardo un poco de cenizas.
Me equivoqué. Al decirte que al conocerte, solo quería divertirme con alguien en el after de una fiesta. Ese after en el que se me acercó una chica mientras te observaba y se paró a mi lado para preguntarme:
– Hey, te gusta mi novia, ¿verdad? Me di cuenta cómo la observas desde que llegamos
Y yo sabía que sí: que tú eras el prototipo de mujer que más me atraía entre los que estábamos en el after. Pero también que eras la novia de la chica que estaba parada a mi lado. Así que solo le di otra le di otro golpe al cigarro que traía en ese momento en mi mano y le respondí:
– No te preocupes. No pienso bajártela. Solo estoy siendo curioso con la mirada.
Me quedé pensando en qué tema podría sacar para conversar contigo, pero no fue necesario pensar tanto porque antes que tu novia nos dejara solos, te acercaste para pedirme un cigarro. Me preguntaste de cuales traía y yo saqué la caja de Gitanes Filter que un amigo me había conseguido de quien sabe dónde chingados para probarlos. Entonces tu me contaste lo de cómo antes solo había cigarrillos blancos y rojos. Quizá los Benson&Hedges mentolados eran como para la gente que no querían fumar algo con total sabor a tabaco. Pero que ahora, cuando ibas a comprar cigarros pareciera que vas a comprar dulces de sabores. (Aquí fue cuando tomaste un gitane de su caja y me pediste lumbre viéndome a los ojos y permitiendo ver por un momento la flama del encendedor bailando en tu mirada).
Yo te conté como los Gitanes, además de su singular sabor, merecían una fama de haber sido fumados por celebridades históricas de la talla de Serge Gainsbourg, Alber Camus, Samuel Beckett y hasta Jim Morrison o Luis Buñuel. Ahí fue cuando me preguntaste sobre el arte:
–Tú crees que el arte, cuando crece, ¿crece hacia lo largo o hacia lo ancho?
Me sigo equivocando de haberte dicho que quería tener una relación contigo, si no sabía ni para qué la quería. O quizá solo fuera el resultado de no querer nada en realidad. Ni siquiera fue una decisión el hecho de terminar así. Y el pensamiento que más me pasa por la cabeza es: “No puedo creerlo”. Solo me dijiste que en lugar de corazón tengo una coraza, pero que aun así debo aprender a usarla con el sentido del amor. Pareciera que el conocimiento es un segmento acondicionado para que se repita. Y sin embargo no dejamos de buscar nuevas respuestas a las preguntas sobre el saber. Igual pasa con el amor. A veces igual con el arte.
–Tú crees que el arte, cuando crece, ¿crece hacia lo largo o hacia lo ancho?
Te respondo ahora, ya que esa noche en el after y ni después cuando estábamos sentados y fumando afuera de tu casa, supe darte la respuesta. Ni menos ahora que ya escribí de los ambos, de ti o de mí, de algunas formas. Escuchando tu voz en distintos nombres y titulando esto con las dos cosas que, como ESENCIA y VICIO, queda enmarcado en algo titulado Corazones y Cigarros. Aún me provoca responderte esa pregunta aunque ya no te vea.
–Tú crees que el arte, cuando crece, ¿crece hacia lo largo o hacia lo ancho?
R: Cuando es verdadero, solo tiene un sentido y es hacia lo alto.
Si quieres saber aún más hay que saber ganarse el desprecio del hombre como dios manda. Tres mil doscientas cincuenta y nueve horas, doscientas cincuenta y un minutos. Tres mil sueños; plantas de deseos, amores y distancias. Envolver el mismo regalo, reaccionar con la misma sorpresa o desgana.
Desde que conocí a alguien como tú, pensé: Esto es lo que quiero sentir para siempre. Es felicidad infinita encerrada en espasmos de muerte, sentado en un rincón de mi habitación, y la mejor razón para seguir viviendo al mismo tiempo.
-Recuerdo: Había una vez un pasado.